Ha pasado casi una década desde la última vez que nos comunicamos y hoy
justamente volvimos a hablar, nos pusimos al día (más o menos) y fue
hermoso reencontrar la filosofía de vida, el sentido del humor y este
blog que esta un poco empolvado.
Fue mi profesora en la universidad aunque ya nos conocíamos de vista por haber andado vagando de bar en bar y como no podía ser de otra manera, terminamos siendo cómplices y platicando largo y tendido sobre la vida, el amor, el trabajo, las vacaciones, los libros, la música, la comida, etc.
Retomar una conversación estacionada hace muchos años fue muy fácil, porque no se esfumó lo que siempre ha estado ahí, la complicidad de lo políticamente incorrecto.
Hay emociones que nos permiten comunicarnos fácil y fluidamente con algunas personas, en particular con aquellas con quienes a través de los kilómetros y las vidas recorridas reconocemos las mismas mañas...
Fue mi profesora en la universidad aunque ya nos conocíamos de vista por haber andado vagando de bar en bar y como no podía ser de otra manera, terminamos siendo cómplices y platicando largo y tendido sobre la vida, el amor, el trabajo, las vacaciones, los libros, la música, la comida, etc.
Retomar una conversación estacionada hace muchos años fue muy fácil, porque no se esfumó lo que siempre ha estado ahí, la complicidad de lo políticamente incorrecto.
Hay emociones que nos permiten comunicarnos fácil y fluidamente con algunas personas, en particular con aquellas con quienes a través de los kilómetros y las vidas recorridas reconocemos las mismas mañas...